Seguim «fent xarxa». Hem muntat un altre màstil i una altre antena, i el node de TRSAPardal6 que varem posar en marxa fa uns mesos s’ha convertit en «SuperNode» 😉
Seguim «fent xarxa». Hem muntat un altre màstil i una altre antena, i el node de TRSAPardal6 que varem posar en marxa fa uns mesos s’ha convertit en «SuperNode» 😉
Ja tinc el node en marxa. TRSAPardal6 ja forma part de la xarxa lliure, oberta i neutral Guifi.net. Moltes gràcies a tots els que m’han ajudat, en especial al cmos486 i al c_mm. Uns cracks!
Per muntar el node he utilitzat, com a antena, una Ubiquiti Nanobridge de 5 Ghz. Tant senzill com això.
La veritat és que estic encantat de formar part d’una xarxa independent dels operadors, que significa un nou espai de llibertat. D’alguna forma, també és un homenatge als radioaficionats que, com el meu pare, també cercaven la llibertat a través de les ones. Va per tu pare!.
Darrerament s’han produït dos fets que m’han fet sentir una certa «nostàlgia verda»…
Al hilo del post anterior, estupendo discurso de Daniel Cohn-Bendit de Los Verdes en el Parlamento Europeo sobre la situación griega.
Lástima que exista una sordera generalizada para escuchar verdades como puños …
A nadie se le escapa que uno de los principales motivos del elevado déficit público griego es su aún más elevado gasto militar. Gasto militar que justifican por el eterno conflicto que mantienen con Turquía por el control de Chipre.
Com ja es preveia, la conclusió la Cimera de Copenhaguen ha estat un fracàs. Han pesat més els interesos dels estats (que no son exactament el mateix que els de les persones que en formen part) que l’interès global. Una cosa semblant al que ha passat als darrers anys tant en la construcció europea com en les decisions de la ONU.
Traducir al castellanoTranslate to English
Translate to EnglishTraduir al catalàMe encanta la web 2.0, especialmente por su capacidad de hacer fluir las ideas.
Me permito reproducir en el blog (para que no se pierda) un escrito publicado por Joan Martínez Alier en La Vanguardia de ayer.
Joan Martínez Alier es Catedrático de Economía e Historia Ecnonómica de la Universitat Autònoma de Bellatera. Tuve el placer de coincidir con él en los inicios de la política verde en Catalunya, y aprendí muchas cosas y, sobre todo, a hacerme nuevas preguntas. Ha sido un pionero relacionar los conceptos económicos y los ambientales y ha publicado mucho y bien al respecto. Podéis saber más de él aquí. Os recomiendo especialmente la revista Ecología Política.
Andy Robinson explica en La Vanguardia (1/ VII/ 2008) que en Madrid se han reunido al margen del Congreso Mundial de Petróleo «unos cientos de activistas defensores de la tesis del peak-oil»,quienes prevén el colapso de la civilización.
El peak-oil, es decir, el punto más alto en la extracción de petróleo en la curva de Hubbert, no es un tema de activistas; hace más de treinta años que lo explico en clase y cincuenta que está en la literatura científica. Las emisiones de dióxido de carbono bajarán algo por la escasez del petróleo (como en el 2008 ocurrirá en España) aunque, por otro lado, el alza del precio del petróleo y el gas puede llevar a aumentar la quema de carbón mineral – o agrocombustibles- que es peor para el cambio climático.
Otro lado malo es que la bajada de la curva de Hubbert (con rendimientos energéticos cada vez menores) puede ser muy dolorosa, al extraer petróleo en lugares muy inadecuados como el delta del Níger o el refugio de Vida Silvestre de Alaska o el parque nacional Yasuní en la Amazonia de Ecuador (como hace Repsol). En cualquier caso, llegar – ¿casi?- al pico de Hubbert obliga a plantear alternativas económicas y sociales.
El negacionismo de muchos economistas respecto al pico de Hubbert y el cambio climático debe acabar ya. Vean que en los libros de texto de economía que leen nuestros estudiantes (Samuelson y otros) no aparece el pico de Hubbert ni el cambio climático, son textos metafísicos. Ningún activista ni otras personas sensatas desean un colapso de la civilización. También nos oponemos por tanto a la proliferación civil-militar de la industria nuclear.
Lo que proponemos es que la economía se ajuste a las realidades físicas (como ya escribían Nicholas Georgescu-Roegen, Herman Daly, Robert U. Ayres hace cuarenta años). Eso es lo que propone también el nuevo movimiento del decrecimiento sostenible,es decir, un decrecimiento económico (y demográfico) que sea socialmente sostenible.
Ningún colapso, por favor, sino una retirada justa y ordenada en los países ricos, para dar algo de espacio a un desarrollo que sea sostenible ecológicamente en el Sur.
Ayer se inauguró en Madrid el XIX Congreso Mundial del Petróleo que durará hasta el próximo jueves. Aprovechando su celebración y, teniendo en cuenta que el precio del petróleo ha superado por primera vez en la historia los 140$ por barril (solo hace 4 años estaba a 40$ y ya lo considerábamos caro), es un buen momento para reflexionar sobre nuestro modelo energético.
Recuerdo, siendo todavía un niño, la primera gran crisis del petróleo de los años 70. En aquellos días se comentaba que las reservas petroleras solo permitirían abastecernos durante 30 o 40 años más. Desde entonces, y más lentamente de lo que era necesario, hemos asumido la certeza del cambio climático y de la responsabilidad de las energías basadas en combustibles fósiles.
Desde aquí mi reconocimiento al ExVicepresidente de los EEUU, Al Gore, que gracias a su libro y documental “Una verdad incomoda” ha conseguido traspasar las barreras del ecologismo y trasladar el mensaje a una buena parte de la sociedad.
Sin embargo, las economías occidentales, máximas responsables del consumo de combustibles fósiles, y por ende, del cambio climático, muy poco han hecho para cambiar nuestro modelo energético en estos últimos 40 años. No hemos hecho los deberes y así nos encontramos.
El principal motivo del aumento del precio del petróleo ha sido el constante aumento de la demanda debida al crecimiento de los denominados países emergentes. El peso demográfico de las economías occidentales clásicas suma alrededor de los 1.000 millones de habitantes. La India y China suman más de 2.500 millones. Con el mismo modelo energético el futuro es claramente insostenible.
Con el barril de petróleo a estos precios muchos son los sectores económicos afectados directamente y que encontraran serias dificultades para mantener su viabilidad. Las recientes huelgas de transportistas, pescadores, agricultores y taxistas muestran claramente que hemos llegado a un momento donde es imperativo tomar medidas.
No deja de ser curioso como comenta Martin Varsavsky que el alto precio del combustible va a lograr por las malas lo que no logramos por las buenas, bajar el consumo y contaminar menos.
La UE debe empezar a tomar medidas que permitan racionalizar el modelo energético y su consumo y que nos vaya alejando paulatinamente (sin prisa pero sin pausa) del actual modelo energético tan dependiente del petróleo.
Tres propuestas que podrían ayudar en este sentido son:
Debemos pasar de las palabras a los hechos. El cambio del modelo energético es urgente.